4/08/2008

NUEVO NÚMERO DE NADADORA

Al fin ha aparecido el quinto número de NADADORA dedicado a la poesía visual en España con trabajos de Chús Arellano, Vicente Gutiérrez, Julio Reija, Sofia Rhei, Miriam Reyes y Sam3. El número, coordinado por el poeta Guillermo López Gallego, incluye además un homenaje al poeta visual Rafael Gutiérrez Colomer fallecido en 2005. Publicamos obra inédita suya así como un cd adjunto al número donde incluimos su poesía cinética, hasta ahora inédita en su mayor parte. El número se cierra con dos textos que nos hablan de la figura y obra de Gutiérrez Colomer. Espero que lo disfrutéis.
Si lo deseáis en formato pdf escribid a poemanadadora@yahoo.es y os enviaremos el número.
Si lo queréis en papel, acompañado del cd, el coste del número es de 11 euros (gastos de envío incluidos).

Imagen de la presentación tuvo lugar el pasado viernes día 4 en Santander. En la foto Guillermo Lópz Gallego, Alberto Santamaría y Vicente Gutiérrez.

y para el verano el número 6...

1/10/2008

PROYECTOS NADADORES 2008

Para el presente año ya de 2008 NADADORA publicará dos números. El primero de ellos aparecerá en marzo y está dedicado a la poesia visual y experimental. El número cuenta con las colaboraciones de chús arellano, Vicente Gutiérrez Escudero, Sofía Rhei, Julio Reija, Sam3, y Miriam Reyes. Junto a ellos dedicaremos un espacio central a la obra experimental del recientemente fallecido Rafael Gutiérrez Colomer, aportando obra inédita del mismo. Sobre la obra de este poeta nos hablan en el número Isaac Cuende y Fernando Millán. De modo excepcional este número vendrá acompañado por un cd donde podremos ver y degustar la poesía cinética de Rafal Gutiérrez Colomer. Esperemos que os guste. (La portada aquí arriba, es de chús arellano). Pronto más datos sobre siguientes número.

7/31/2007

NADADORA EN EL CENTENARIO DE LUIS FELIPE VIVANCO


Este año 2007 se cumple el centenario del nacimiento de Luis Felipe Vivanco, uno de esos poetas que han acabado en los aledaños de la poesía. En fin, NADADORA, le quiere rendir este pequeño homenaje. Ahí uno de sus poemas perteneciente a Memoria de la plata (1958). Esperamos que os guste.


BALADA: EL ALMA DE UN OSO BLANCO

Fijaos en lo que debe ser el alma de un oso blanco
que es una de las pocas alcantarillas de este mundo
donde no han entrado los griegos.

En el alma de un oso blanco los reclutas hacemos la instrucción
y cuando volvemos a casa
les enseñamos a nuestras hermanas a soltarse las trenzas a la bayoneta
porque en el alma de un oso blanco vive la protagonista de toda ternura.

Figuraos qué hubiera una central hidroeléctrica
con la alegría de todos los hombres convertida en turbina
y donde además exhalaran su crueldad las formas redondeadas del arroz.
Pues eso sería lo más parecido al alma de un oso blanco.

O que pudiéramos verla entre la espuma sanguinolenta de un tiralíneas rebelde
y el sueño se quedaría dormido de verdad en el alma de un oso blanco.

Porque en el alma de un oso blanco las regiones heladas se han adelantado a nuestro deseo
de pisar en las olas ese frío de inteligencia hasta la muerte
y quién sabe si a esa muchacha exagerada que impone en los grandes coches-salones un minuto de silencio de silenciono me la voy a encontrar próxima a contraer opiniones indelebles en el alma de un oso blanco.

6/23/2007

NADADORA LEE: Philip Levine, Una verdad sencilla y otros poemas. La Mirada Creadora, Santander, 2007.


La poesía norteamericana viene recibiendo en los últimos años, sobre todo por los poetas españoles más jóvenes, una recepción abierta, extensa, que provoca que haya un ensanchamiento de las tradiciones. De esta forma, la poesía española comienza a intoxicarse, derramarse, dejándose caer sobre “otras tradiciones”. Ejemplos hay muchos y si nos referimos a la poesía norteamericana el gran nombre hoy no es otro que John Ashbery. Sin embargo, sería un error quedarnos en un nombre. Ello implicaría volver los pasos hacia una tradición monolítica. Hay otros nombres muy presentes hoy: de Wallace Stevens a Louis Glück, por ejemplo, pasando por William Carlos Williams, Allen Ginsberg, A. R. Ammons, Diane Di Prima, Mark Strand o Philip Levine. Precisamente de Levine (Detroit, 1928) se acaba de editar en la editorial La mirada creadora, la primera colección importante y amplia de sus poemas bajo el título Una verdad sencilla y otros poemas. Ya anteriormente, la colección cántabra “Ultramar” había editado en 2006 algunos de estos poemas bajo el título Cuatro poemas. Aquello fue el germen de este proyecto. De la mano de la editorial cántabra y del buen hacer del traductor Eduardo López Truco aparece, pues, esta edición de un poeta poco conocido en España pero portador de una poética honda, trabajada y sugerente. Ha publicado Levine dieciséis títulos de poesía, el más reciente Breath, en 2004. Entre los reconocimientos figua el Premio Nacional de poesía en 1979 por Ashes y en 1992 por What work is, obteniendo en 1995 el Premio Pulitzer por The simple truth.
Si algo sorprende del libro que ahora se edita Una verdad sencilla, es la proximidad en el sentido espacial del término. La mayoría de los poemas hacen referencia explícita a hechos relativos a la historia de España del siglo XX. Sea como fuere, como bien indica el traductor, “resulta llamativo que este tema se haya convertido para él en una manera útil de abordar su visión del mundo y comprender su experiencia en él”. Así, desde un lenguaje coloquial y un tono elegíaco en ciertos momentos, que lo aproximan a algunos poetas de la generación del 50, van discurriendo los poemas del libro. Poemas de un raro realismo que se mueve entre Raymond Carver y Federico García Lorca, que a veces lo lanza hacia un cierto tono machadiano. Curiosamente Carver y Levine comparten ese amor literario hacia la figura de Machado. Así, hallamos en el libro poemas como “Por un duro”, donde la experiencia de una España de posguerra lo lanza a una reflexión más amplia y elevada: “Por un duro tenías una noche al resguardo. / (Un duro era una moneda de cinco pesetas / con el perfil de Franco, la narizota respingona / como si él solo hubiera recibido / el aliento de Dios. En el 65 / sólo él recibía el aliento de Dios.)” (p. 17). Presencia de la historia de España que está igualmente patente en el poema “Sobre el asesinato del teniente José del Castillo por el falangista Bravo Martínez, 12 de julio de 1936” o en “Francisco, te traeré claveles rojos”, donde escribe: “He venido una vez más aquí a ver, / en el gran cementerio / de Barcelona, tras su fortaleza, / las tumbas de mis caídos. / Dos domingueros ya mayores / nos guían al bajar la colina. / “Durruti”, dice el hombre, “estuve de su parte”. La mujer le hace callar.” (p. 43). O más allá de la historia cruda y triste de España, habla también de posibles encuentros literarios, por ejemplo en “Sobre el encuentro de García Lorca y Hart Crane”: “Los dos / genios poético vivos / se encuentran, y ¿qué pasa? Una visión / se aparece ante un hombre corriente que mira / un río asqueroso” (p. 61). Sin embargo no sólo “lo español” ocupa el libro. Recorren el libro otra serie de poemas donde desde la finura de un sólido lenguaje poético, desde un realismo plural de ciertas resonancias a Robert Lowell erige tensas reflexiones. Lo anecdótico finalmente queda trascendido. Un ejemplo importante y paradigmático es el poema titulado “El poema de la tiza”, donde el encuentro casual con un sujeto aparentemente perturbado que le habla a una tiza acaba por tornarse quizá como paradigma de todo proceso creativo. El sujeto que le habla a la tiza es quizá el alter ego de todo poeta. “De camino a la parte baja en Broadway / me topé está mañana a un tipo alto / hablándole a un trozo / de tiza que tenía en su mano derecha.” (p. 69). El poema se desarrolla a un ritmo narrativo ágil y sugerente describiendo hábilmente al extraño personaje. En el proceso descriptivo comienzan a mezclarse imágenes de suma exquisitez: “El feldespato, el calcio, conchas de ostra, / sabía qué criaturas dieron / el espinazo para ser el polvo / del tiempo aprisionado / en perfectas barritas, / conocía la tristeza de las aulas / en diciembre, cuando la luz cae / temprano y las palabras de la pizarra escapan / de su gramática y sentido” (p. 71). Y será precisamente este escaparse de su sentido lo que se le ofrezca al poeta como espacio para la escritura, para el poema. “Entonces acabó el poema, / como pasa con todos, y dejó caer / su mano izquierda abruptamente / y me ofreció su tiza. Incliné la cabeza, / sabiendo lo importante que era un regalo como este. / Escribí gracias en el aire, / donde siempre podrán oírse / bajo el rígido llanto de las conchas del mar”. (p. 73). Esta quizá sea la verdad sencilla que late tras los poemas. Un libro, pues, de una gran sugerencia de temas y escrituras, de un poeta de enorme calidad en sus imágenes y procesos, que deseo y espero comience a ser conocido más ampliamente por el público poético español. No cabe duda: este es un gran principio, una verdad sencilla.

4/25/2007

NADADORA SE CONTRARREMBOLSA

Queridos amigos nadadores todos, en unos días estará ya disponible el nuevo número de la revista NADADORA, el cuarto ya, dedicado íntegramente a Pablo García Baena (ver entradas anteriores). Un número de más de 180 páginas donde se habla de su obra, de su influencia, y donde hay además una entrevista, una antología comentada, etc. Un número ambicioso y jugoso que espero os guste e interese. Para adquirirlo, además de en nuestros clásicos puntos de venta que en breve volveremos a recordar, podéis escribirnos a poemanadadora@yahoo.es y pedirlo contrarrembolso indicando nombre y dirección.
Así queda la cosa, por si os interesa. Índicad nombre y dirección.
-Número 4, especial Pablo García Baena (ver entradas anteriores) por 14€ (gastos de envío incluidos).
-Número 3, con poemas de Antonio Lucas, Carlos Pardo, Luis Antonio de Villena, José Luis Rey, etc., por 7€ (gastos de envío incluidos)
-Número 2, con poemas de Jordi Doce, Vicente Luis Mora, Martín López Vega, etc., por 7€ (gastos de envío incluidos).
PD.: La primera presentación de este número 4 será en Santander el día 4 de mayo, después vendrán Madrid, Córdoba, Málaga, Salamanca... Ya os avisaremos.

4/12/2007



La voz poética de García Baena protagonizará las jornadas de la Fundación Gerardo Diego
La revista cántabra 'Nadadora' dedica esta primavera su cuarta entrega al poeta, que leerá sus versos en mayo en Santander y clausurará el foro de profesores de español
Pablo García Baena, una de las grandes voces de la poesía española, será el protagonista de las próximas jornadas de la Fundación Gerardo Diego que se celebrarán los días 4 y 5 de mayo. Invitado por la institución santanderina, participará en un programa que acogerá la primera ocasión en la que García Baena, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, intervenga en una lectura poética en la capital cántabra. Su visita coincidirá con la presentación del número monográfico que la revista cántabra 'Nadadora', con la colaboración de la Fundación, le dedica en su cuarta entrega. En esta ocasión, la publicación de más de cien páginas aborda su obra, su figura y su recepción en la poesía más joven. Nombres como Juan Antonio González Iglesias, Luis Antonio de Villena, Antonio Lucas, Antonio Portela, Elena Medel o Luis Bagué, sitúan y revisan la obra del poeta cordobés. En mayo, en la sede de la institución que lleva el nombre del poeta cántabro y abriendo el ciclo 'Ante mi poesía', el rapsoda cordobés leerá sus poemas por vez primera en Cantabria. La presentación correrá a cargo del también poeta y codirector de la revista 'Nadadora' Alberto Santamaría. García Baena será el encargado, asimismo, de clausurar el XV Simposio de actualización científica y didáctica para profesores de español. Plan de Formación del Profesorado de Cantabria. Este evento está organizado por la Asociación de Profesores de Español de Cantabria Gerardo Diego.TrayectoriaPablo García Baena (Córdoba, 1923) fue uno de los fundadores, junto a Juan Bernier, Julio Aumente, Mario López y Ricardo Molina, del grupo Cántico, cuya revista dio pie al desarrollo de estos poetas. Este grupo de voces de posguerra buscó una salida poética al desastre de la guerra. Su objetivo fue tratar de reconectar con aquellos elementos anteriores a la guerra y que podían ser de valor para la creación poética. Así, los poetas del 27 o Juan Ramón Jiménez fueron sus referentes. Al margen de la estética dominante, este grupo cultiva una poesía de acentuado sensualismo esteticista, barroco, sorprendentemente vitalista. 'Rumor oculto' (1946) y 'Mientras cantan los pájaros' (1948) son sus dos primeros libros. Con 'Antiguo muchacho' (Adonais, 1950), alcanza la madurez de su voz; melancolía y pasión se funden en la evocación nostálgica de la infancia y la pubertad. Su siguiente libro, 'Junio (1957)', es un cántico a la plenitud del goce y representa la cima de lo pasional, del fervor pagano y terrestre. Óleo (1958), Almoneda (1971), Antes que el tiempo acabe (1978), Fieles guirnaldas fugitivas (1990) y Los Campos Elíseos (2006) son otros libros capitales de uno de los más grandes poetas españoles del siglo XX, esencial en el engarce entre lo mejor de la Generación del 27 y las jóvenes promociones de poetas a partir de los años setenta.Su obra poética hasta la fecha se halla reunida en Poesía completa (1940-1997) (Visor, 1998). En 1984 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 1988, y Premio Andalucía de las Letras, en 1992. Recibió la Medalla de Oro de la ciudad de Córdoba en 1984, y de la provincia de Málaga en 2004. En 2006 recibe el premio 'Ojo Crítico' a toda su carrera, y más recientemente el 'Premio Andalucía de la Crítica 2006' por su libro Los Campos Elíseos.
(Noticia del Diario Montañes, 1 de abril, 2007)

4/04/2007

NADADORA LEE: G. W. F. HEGEL, FILOSOFÍA DEL ARTE O ESTÉTICA. Abada Editores/UAM Ediciones. Madrid, 2006.


La historia de las ideas es, en muchos casos, no sólo la historia de la recepción de esas ideas, sino en igual medida la historia (extravagante por lo demás) de su progresiva “institucionalización” editorial. Es revelador, en este sentido, el caso (o los casos) de las conocidas Lecciones de Estética (o estéticas) de G. W. F. Hegel (Stuttgart, 1770-Berlín, 1831). Ahora aparece en edición impecable de Annemarie Gethmann-Siefert y Bernadette Collenberg-Plotnikov y en traducción de un profundo conocedor de Hegel y de la teoría estética como es Domingo Hernández Sánchez, los cursos del filósofo alemán de 1826 bajo el título de Filosofía del arte o estética. Bien es sabido, sin embargo, que hasta ahora la Estética que conocíamos se basaba en los apuntes recogidos al dictado en clase por Heinrich Gustav Hotho. Una edición que hace tiempo se teñía ya de cierta sospecha por lo que parecía la intención o necesidad de ajustar estos apuntes al corpus general del sistema hegeliano. Según descripción del propio Hotho, Hegel dejó muy pocos pasajes y fragmentos de su Estética formulados al detalle y refinados estilísticamente, aunque es sabido que Hegel tenía la intención de publicar una Estética. (Y Hotho, de una peculiar manera, trató de llevar a cabo este “reajuste”). Es por eso, resumiendo el entramado novelesco del proceso de publicación de estos manuscritos y apuntes que los editores relatan con pulcritud en el prólogo a esta edición, que Hotho al trazar su “edición” se viera obligado a compilar el texto de la Estética a partir de una comparación de los manuscritos de Hegel con varios cuadernos de apuntes transcritos directamente. De esta forma Hotho acudirá a las lecciones de 1823, dejando desatendidos otros cuadernos fundamentales. Sobre esto inciden los editores. Escriben: «También pretende justificar Hotho su intervención sistemático-estructural en el material del que disponía. Particularmente grave es el intento de desplegar una base sistemática de la lección para legar a la posteridad el sistema hegeliano en su perfección […], con el interés explícito de su perfección».
Hegel imparte en Berlín en cuatro ocasiones sus lecciones sobre estética. En el semestre de 1823 impartió Hegel una lección de cuatro horas semanales sobre Estética o filosofía del arte, a partir de estas lecciones y según sus apuntes, confecciona Hotho la edición de su Estética. Sin embargo, y este es el gran hallazgo de esta nueva edición, el material más rico para servir de fuente corresponde a las lecciones sobre estética que, tres años después, en 1826, de nuevo imparte Hegel. De dichas lecciones se conservan varios cuadernos así como apuntes tomados al dictado, con calidad muy diferente. De entre esos apuntes los editores de esta edición recogen los tomados por Friedrich Carl Hermann Victor von Kehler. En cualquier caso los editores tienen en cuenta el problema de fundar en apuntes la edición: «Al tratarse de apuntes tomados directamente, esta fuente tiene, por un lado, la ventaja de ofrecer la mayor cercanía posible a la palabra hablada de Hegel. Pero, por el otro, tiene la posible desventaja de que la rapidez del registro acústico y la simultánea escritura conducen a algunas incongruencias lingüísticas. Si se tienen en cuenta ambos elementos […], la calidad de los apuntes permite elegirlos como documentación ejemplar del curso de estética que impartió Hegel en el verano de 1826».
Es evidente, en efecto, que nos hallamos ante un hito editorial fundamental que muestra las tripas teóricas de un trabajo en curso. La obsesión filosófica de Hegel le lleva a ir modificando sus juicios en torno a la teoría estética. De esta forma otro de los elementos clave de la nueva edición está en el hecho de las variantes. Entre 1823 y 1826 Hegel comienza a introducir variaciones en sus intenciones teóricas, cambios, modificaciones a veces soslayables, otras veces mutaciones de un alcance mayor. De esta forma el texto de Hotho no sólo conserva la duda de fundarse en apuntes (y su inevitable sospecha) sino que además el mismo Hegel recompuso algunas de sus ideas en esos años. De esto, por lo tanto, da buena cuenta la edición. En definitiva, sus percepciones del fenómeno estético han variado. Un ejemplo lo hallamos en sus consideraciones acerca del fenómeno poético, donde lleva a cabo una serie de matizaciones y concreciones que quizá, aparentemente, no sean relevantes pero que afilan y afinan mucho más sus juicios sobre la poesía. No en vano Hegel sitúa a la poesía en el lugar más importante de las artes. Igualmente cabe destacar las revisiones llevadas a cabo por el filósofo sobre la música y la pintura. Ahora bien, hay casos sumamente llamativos. Por ejemplo, el tan conocido lema “hegeliano” del ideal como la apariencia sensible de la idea, algo ya tópico de los manuales de filosofía, historia del arte o de la literatura, es decir, esa determinación fundamental del ideal, que llega a ocupar un lugar central en la versión conocida hasta ahora de la estética, no aparece en ninguna de las fuentes conocidas para las lecciones de Hegel en Berlín. Dicho de otro modo, Hegel no llega a definir el ideal mediante la conexión de apariencia de pensamiento e idea, sino al contrario como «apariencia de lo sensible». Para Hegel, además, la apariencia será el medio de exposición de la idea mediante la figura (sensible), de manera que el arte es una exposición a través de la apariencia. Esto es sólo un ejemplo. No cabe duda de que esta reconstrucción es no sólo fundamental sino sobre todo necesaria. En esta edición, de la misma forma, el envenenado lema de la muerte o el fin del arte, tan pesado para Hegel, y que surge ante la pregunta por el significado del arte en el mundo moderno, puede comenzar a releerse con nuevos ojos y a luz de su verdadera fuente.
Estamos, en definitiva, ante una revisión clave para la teoría estética y en igual medida para la filosofía, para la historia del arte, para la historia de la literatura, etc. Al corregirse y reconducirse problemas de orden teórico Hegel reaparece con toda su fuerza para volver a ser objeto de fundamento y discusión. Estamos ante nueva edición de la estética hegeliana, pero es mucho más. Es, por encima de ello, la muestra de la necesidad de una revisión de lo teórico a la luz de un determinado momento histórico.

 

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